El organigrama es un formato empresarial que indica gráficamente quién tiene la autoridad formal, es decir, el poder. La autoridad informal, en cambio, no está presente en papel; se escabulle por los corredores y asoma en las reuniones. <br /> <br /> Para los que no tienen el apellido tallado en la entrada de la empresa, ni tienen una gran autoridad informal, existen tres maneras efectivas para lograr mandar en una empresa, según un Profesor de Política de Empresa en el IEEM, Escuela de Negocios de la Universidad de Montevideo.<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;"> <br /> 1. Calentar la silla<br /> </span><br /> Este es un clásico que apela a ser el que siempre está. Otros son más inteligentes, tienen más llegada entre la gente en la empresa, o son de verdadera confianza del directorio, pero cuando hay que estar, no están.<br /> <br /> Ahí aparece el constante, el perseverante, el que no se rinde y siempre está. La gente lo mira a él, no por lúcido sino porque es el que está y tiene la autoridad suficiente para tomar la decisión cuando los demás no están.<br /> <br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">2. Mover los hilos<br /> </span><br /> Otra estrategia para mandar es saber mover los hilos. Esta habilidad es muy sutil, usualmente la poseen los observadores. Saben mantener la cabeza fría y buscar las soluciones mientras el resto está concentrado en pensar cómo bloquear las soluciones de los demás.<br /> <br /> Suelen florecer en empresas llenas de conflicto. Los que mandan en los papeles están levantando barricadas y hablando con abogados mientras que ellos tejen en silencio las soluciones hablando con unos y con otros. Y así llegan a tomar las decisiones más importantes, porque los otros están que no se hablan entre sí y por lo tanto lo necesitan como interlocutor para que la organización no quede paralizada.<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;"> <br /> 3. Pararse en el medio de la cancha<br /> </span><br /> Saber cómo pararse frente a los problemas es otra de las fuentes de poder que no se debe despreciar. Saber mantener una distancia con el problema para saber dimensionarlo, es clave para poder mandar.<br /> <br /> Saber elegir las reuniones en las que estar y en las que no, cuándo poner la cara y cuándo mandar alguien al frente, cuándo abrazarse a un tema y cuándo dejarlo caer del escritorio, son habilidades necesarias para pararse en el medio de la cancha.<br /> <br /> <br /> <span style="color: #222222;">Fuente: El Observador / Management Journal</span><br />