<table cellpadding="0" cellspacing="0" width="100%" class="entresacadoTexto"> <tbody> <tr> <td><b>¿Avances?</b><br /> Durante los últimos 10 años ha habido un gran despliegue de información acerca de la Responsabilidad Social (RS). Se ha madurado, se han ido concretando, conociendo sus componentes, su holístico ámbito de acción.<br /> <br /> Las últimas encuestas e investigaciones han procesado criterios y percepciones de empresarios y directivos que demuestran que sí comprenden y quieren la RS dentro de sus organizaciones.<br /> <br /> Entonces cabe preguntarse, ¿por qué aún son pocas, excepcionales, las organizaciones que implantan RS de manera técnica y metodológica? ¿Es comodidad, son buenas intenciones, sentimientos manifestados solo de labios para afuera?<br /> <br /> ¿Se actúa todavía en lo urgente más que en lo importante, se esfuerzan más por el corto que por el mediano y largo plazos?<br /> <br /> Con el advenimiento, en noviembre de 2010, de la Norma Internacional ISO 26000 RS, se consolidaron de manera idónea ciertos aspectos sobre los que, a la sazón, se dudaba o no estaban del todo esclarecidos respecto a la responsabilidad social; los reportes de las organizaciones a través de las memorias de sostenibilidad, con base en el GRI, han ido tomando preponderancia, no tanto en cantidad, como sí en calidad y exigencia.<br /> <br /> </td> </tr> <tr> <td> <table cellpadding="0" cellspacing="0" width="100%"> <tbody> <tr> <td bgcolor="#8B0304" width="30%" class="entresacado"> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; "><span style="font-size:14.0pt;font-family:verdana,sans-serif;mso-bidi-font-family:belizio-regular">ImplantarRS de forma fidedigna y completa significa lograr un eficaz sistema de gestión.<o:p /></span></p></td> <td style="padding-left:10px">Sin embargo, alrededor de la RS, no dejan de aparecer discusiones bizantinas, como por ejemplo, aquella de la necesidad de una “ISO RS certificable” (la están llamando “ISO 26001 RS”) o de los apellidos de la RS (personal, empresarial, universitaria, corporativa) o de que las memorias de sostenibilidad deberían ser obligatorias; y así, cantidad de temas que, en vez de impulsar la RS, confunden y desalientan a quienes tienen vocación por ella.<br /> </td> </tr> </tbody></table> </td> </tr> <tr> <td style="padding-top:10px; padding-bottom:10px"><b>Desorientaciones</b><br /> Las buenas prácticas en RS, encomiables por cierto, como en cualquier otro campo, son eso, tan solo “buenas prácticas”, no más. La RS, siendo tan amplia, verdaderamente holística, puede ocasionarnos espejismos, destellos de que lo estamos haciendo bien. Además, si por eso nos aplauden, nos reconocen públicamente, nos premian y halagan la vanidad, nos sentiremos satisfechos y contentos sólo con eso.<br /> <br /> Muchas noticias e informaciones acerca de la RS, podrían ser aleccionadoras, pero incurren –aún- en confundir la RS con programas sociales, con limosna y con acción benéfica; lo cual, evidentemente, aquieta ciertas conciencias pero apacigua los bríos para no entrar de forma seria en la implementación de una verdadera Responsabilidad Social.<br /> <br /> Por otro lado, todavía se piensa -de manera errónea- que quien reporta a través de una memoria de sostenibilidad, ya puede ser considerada una organización socialmente responsable y, penosamente, no se progresa más, contentándose y pensando que aquello ya es más que suficiente.<br /> <br /> En el tema ambiental y ecológico se hacen loables esfuerzos puntuales, pero atomizados y dispersos, no de una manera integral, planificada.<br /> <br /> Por ejemplo, se efectúan campañas tan solo para la difusión mediática y el protagonismo, en varios casos, para pretender tapar errores contra de la naturaleza; de la noche a la mañana han brotado expertos y consultores en RS y los infaltables burócratas internacionales, tan elocuentes y mercaderes de su propia imagen.<br /> <br /> Todo este escenario desorienta, pone en conflicto al líder organizacional quien, como todo ser humano, vive la comodidad sin complicarse ni comprometerse un poquito más.<br /> </td> </tr> <tr> <td> </td> </tr> <tr> <td style="padding-top:10px; padding-bottom:10px"><b>Construyendo el futuro</b><br /> Toda mejora organizacional es liderada desde la cabeza, desde la alta cúpula. Sin embargo, vemos seminarios, coloquios y conferencias sobre Responsabilidad Social a los que asisten importantes personeros, delegados de las organizaciones, quienes se sienten motivados y convencidos, pero no son los que finalmente toman las decisiones y, con frecuencia, un tanto apesadumbrados, aseveran: “deberían haber asistido los gerentes y el personal de cúpula”.<br /> <br /> Hay que empezar, entonces, desde la alta gerencia. Así lo hizo Japón. Vale la pena seguir ese ejemplo, cuando, después de su hecatombe bélica ocurrida en 1945, su industria y sus empresas tocaron fondo, pero alcanzaron la invalorable ayuda de Edwards Deming.<br /> <br /> Él fue quien capacitó, antes que a nadie, a las cabezas gerenciales, convirtiéndolos en los pioneros que abrieron la ruta por la que Japón ha logrado ubicarse en un sitial insuperable, como referente mundial en múltiples campos.<br /> <br /> Implantar RS de forma fidedigna y completa significa lograr, en la práctica, un eficaz sistema de gestión, como cultura organizacional, que pueda medirse, evaluarse y mejorarse constantemente, con la idea (que podría, o no, efectuarse) de alcanzar el resultado positivo de una estricta auditoría externa.<br /> </td> </tr> </tbody></table>