Esa percepción era cierta en una etapa inicial de creación de los principios que fundamentan las Buenas Prácticas de Gobierno Corporativo, dirigiendose todos los esfuerzos a las sociedades de gran tamaño y a aquellas que cotizaban en bolsa, porque estaban en el mercado público, del cual se debía preservar o rescatar la confianza; pero no es cierta frente a la natural evolución de su concepción, y en el tiempo esos preceptos han logrado incorporarse a otras entidades como a la pymes y a las Empresas Familiares, aún sin necesidad o antes de que existan reglas específicas para este sector.<br /> <br /> La suscripción del Gobierno Corporativo para las pymes y para las Empresas Familiares es una necesidad imperiosa a nivel macro, si se considera el rol, como columna vertebral, que juegan en la economía de cada país y del mundo, a través del fortalecimiento de la estructura social, productiva y como motor generador del ingreso nacional de empleo. Han demostrado ser resistentes a las crisis, ser más flexibles ante el cambio y a las distintas condiciones de los mercados. Sabemos que en todo país conviven empresas de diferente tamaño, y de diferentes sectores, algunos de los cuales son más dinámicos que otros, sin que exista una relación directa entre tamaño y actividad.<br /> <br /> Posiblemente lo que sí marca una tendencia es el camino hacia la internacionalización y apertura de los servicios, de las transacciones, de los mercados, razones que motivan a la formación de grandes bloques económicos. En ese nuevo contexto internacional y también en local, mucho más competitivo y demandante, las pymes tienen un cometido desafiante, al que aportan con ventaja la flexibilidad que les aracteriza, especialmente el poder adaptarse a nuevas tecnologías, inclusión de mano de obra, respuesta positiva a los cambios del mercado en cuanto a la producción de bienes y servicios, todo esto bajo estándares de calidad.<br /> <br /> Sin embargo, para obtener todos estos objetivos, las pymes indudablemente demandan fuentes y estructuras de financiamiento correctas: estrategias definidas, claras y dinámicas; forma y órgano correctos para la toma de decisiones que generen valor; seguimiento y evaluación de la estrategia y de las decisiones adoptadas; gestión adecuada y permanente de los riesgos; confianza pública y correcta percepción reputacional. Todas éstas son las ventajas de una Buen Gobierno Corporativo.<br /> <br /> La única forma de lograr estos retos es a través de un sistema consistente y verídico de Gobierno Corporativo, debidamente interiorizado por los accionistas y administradores, que haga competitiva y sostenible a las pymes, gracias a la existencia de un directorio o consejo de administración potente al igual que una clara identificación sin olvidar la separación de las diferentes instancias y roles de la organización. <br /> <br /> <span style="color: #ff3300;">Las pymes no deben temer al gobierno corporativo. Asumirlo es un reto posible que desafía su crecimiento, competitividad y sostenibilidad. Es lo que marca la diferencia entre quedarse estancadas o salir al mundo.</span>