Es innegable reconocer que las urbes son un motor de innovación, investigación, cultura y crecimiento. Estas han sido la sede de importantes descubrimientos, emprendimientos exitosos y generación de recursos. Los patrones de evolución futuros continúan centrándose alrededor de las ciudades; se prevé que para el año 2030 el 60% de la población mundial residirá en ellas.<br /> <br /> Sin embargo, a pesar de ser ejes de desarrollo, en la actualidad muchas ciudades han dejado de cumplir con la promesa de una mejor calidad de vida para sus habitantes. Estas áreas ocupan el 3% del planeta pero consumen entre el 60-80% de energía y producen el 75% de las emisiones de carbono a escala global. La expansión urbana, que se ha dado por la migración de falta de oportunidades en el campo a las ciudades, además ha generado mayor consumo de recursos naturales y descargas al ambiente, agudización de problemas socio-económicos y desigualdad.<br /> <br /> En Latinoamérica el 25% de la población vive en asentamientos informales, menos del 20% de las descargas municipales son tratadas y las estadísticas de violencia son más altas que el promedio mundial. Entre los principales problemas de las ciudades de Latinoamérica se encuentran: proveer soluciones de movilidad y transporte eficientes, implementar sistemas de saneamiento, prevenir y mitigar riesgos a causa de desastres naturales, manejar los residuos sólidos, conservar el patrimonio histórico y natural, planificar el uso y zonificación del suelo al igual que mejorar la seguridad ciudadana y el manejo fiscal. Todos estos problemas están atravesados horizontalmente por una falta de inclusión y equidad.<br /> <br /> Las ciudades son piezas elementales para alcanzar el crecimiento sostenible. Es por esto que el objetivo de desarrollo sostenible (ODS) número 11 de las Naciones Unidas se enfoca en “lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”. Entre las metas planteadas se incluye asegurar el acceso de la población a servicios básicos, vivienda asequible, transporte público eficiente al igual que espacios públicos seguros, destacando el mejoramiento de la planificación urbana y gestión fiscal haciéndolas más participativas e inclusivas.<br /> <br /> No podemos pensar en un futuro sustentable sin ciudades sostenibles. Esto significa un cambio sustancial en los modelos de desarrollo de los centros urbanos. El reto para las urbes radica en encontrar el balance entre el crecimiento económico y la reducción de consumo de recursos, contaminación y pobreza.<br /> <br /> Se puede afirmar que el poder para transformar nuestro futuro radica en las ciudades. Enfrentamos problemas globales que requieren de soluciones y acciones locales. Si bien los acuerdos internacionales señalan el camino para alcanzar un futuro sostenible, son las metrópolis y sus habitantes quienes concretan las ideas en el territorio. Este es un esfuerzo que involucra la participación activa de ciudadanos, colectivos, asociaciones, organizaciones, instituciones, empresas, industrias y gobiernos. Cada miembro que convive en el área enfrenta el reto y la oportunidad de desarrollar ideas y acciones que transformen el entorno y que a su vez, permitan que las ciudades puedan cumplir con los anhelos de prosperidad de quienes habitan en ellas.Este reto podrá sobrepasarse al utilizar las características de las urbes como una ventaja para la planificación a largo plazo. Por ejemplo, la densidad poblacional, concentración de servicios y movimiento económico de estas presenta oportunidades para la innovación y eficiencia en el uso de recursos.<br /> <br /> Promover urbes compactas y densificadas, aprovechando la cohesión urbana actual, genera eficiencias en la dotación de servicios públicos, uso de alternativas de transporte variadas, reducción de emisiones, apropiación de espacios públicos y mayor seguridad ciudadana. Esto fundamentado en una planificación urbana que incorpore criterios de sostenibilidad para priorizar inversiones y políticas públicas, con el objetivo de transformar las ciudades de espacios aislados al igual que segregados hacia territorios interconectados, eficientes y diversos.<br /> <br /> El cumplimiento del ODS 11 requiere de la generación de soluciones integrales y multisectoriales que reconozcan la interdependencia y conexión entre los problemas urbanos, con sus contrapartes periurbanas y rurales. Se necesitan instituciones sólidas, generación de datos y conocimiento, además del fomento de la innovación y uso de tecnologías para aprovechar el capital más valioso que concentran las metrópolis: su capital humano.<br /> <br /> <span style="color: #330099;">El ODS 11 es un objetivo ambicioso y complejo de implementar. No obstante, son las ciudades junto a su gente quienes debemos trabajar para generar las herramientas que nos permitan prosperar y asegurar el bienestar de las actuales y futuras generaciones en los centros urbanos del futuro.</span><br />