<span style="font-weight: bold; font-size: 8pt;">Por: Christian Merlyn Sacoto</span><br /> <br /> Por un lado, los líderes políticos están conscientes de la importancia de proteger nuestro planeta. Por otro lado, los inversionistas han entendido que el cambio climático puede tener efectos nocivos sobre sus inversiones. Estos dos mundos que parecían irreconciliables, la ecología y las finanzas, se han vinculado hoy en día gracias a los instrumentos financieros conocidos como Bonos Verdes. <br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">¿En qué consisten?</span><br /> Son títulos de deuda cuyos fondos se utilizan para financiar programas medioambientales o relacionados con el cambio climático. Además de analizar los criterios estándar de los bonos como el interés o el precio, los inversionistas evalúan los efectos ambientales de los proyectos que dichos títulos tienen la intención de apoyar económicamente.<br /> <br /> Los Bonos Verdes difieren de los bonos ordinarios en tres puntos. En primer lugar, antes de la ENTREGA, el emisor debe divulgar los proyectos en los que se van a utilizar los fondos, e idealmente buscar un revisor externo que verifique el buen uso del capital. Luego, basándose en estos datos, los inversionistas deben evaluar si los bonos cumplen con su mandato medioambiental. Por último, después de la emisión, se debe garantizar una información periódica de las inversiones realizadas con los fondos recaudados.<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">Una amplia gama de emisores</span><br /> El Banco Europeo de Inversión (BEI) emitió en 2007 el primer bono de “concientización climática”. Desde entonces, este tipo de instrumentos ha experimentado un crecimiento exponencial y actualmente existen casi USD 700 mil millones de bonos “vinculados al medioambiente”. Los emisores más importantes son empresas pure play como China Railway o SolarCity. Les siguen las organizaciones internacionales como el Banco Mundial y el BEI. Existen emisores tan diversos como bancos, compañías eléctricas, municipalidades americanas y gobiernos regionales europeos. En los dos últimos años, empresas como Apple y Toyota han emitido Bonos Verdes demostrando el enorme potencial que tiene este mercado.<br /> <br /> Las motivaciones de los emisores son diversas: acceder a un mayor número de inversionistas, permitir a los promotores de pequeños proyectos financiarse a menor costo e incluso tener acceso a ciertas ventajas fiscales o garantías estatales. Cabe recalcar que importantes economías emergentes como China y la India han hecho todos los esfuerzos parapromover el desarrollo del mercado de los Bonos Verdes.<br /> <br /> Los documentos financian en su mayoría proyectos en el sector del transporte (ferrocarriles, transporte público y vehículos eléctricos), de la energía (hidroeléctrica, solar y eólica) y del agua (depuración de agua y protección contra las inundaciones). Existen igualmente propuestas para financiar edificios con bajo nivel de emisiones de carbono, de reciclaje y para el control de la contaminación en general. <br /> <span style="font-weight: bold;">Un número de inversionistas en constante crecimiento</span><br /> Con el aumento de las emisiones, se ha creado un gran número de fondos de inversión especializados e incluso se han desarrollado índices de Bonos Verdes. Los mayores inversionistas son actualmente los fondos de pensiones, los gestores de activos estadounidenses y las empresas de gestión de los bancos escandinavos.<br /> <br /> Las motivaciones de los inversionistas son igualmente diversas. Además de preocuparse por el impacto que puede tener el calentamiento global en sus inversiones, actualmente se espera que los fondos de pensiones y los inversionistas institucionales reduzcan su huella de carbono. Añadir estos bonos en una cartera de inversión ofrece una solución simple para los gestores de portafolio y sus clientes. En algunas jurisdicciones existen también ventajas fiscales. <br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">El futuro es verde</span><br /> El desarrollo del mercado de los Bonos Verdes es una herramienta esencial para facilitar la asignación del capital hacia proyectos sobre el cambio climático y el desarrollo sostenible. En diciembre de 2015, durante la Conferencia sobre el Clima en París (COP 21), un grupo de inversionistas que gestiona el equivalente a USD 11.000 millones firmó una declaración en favor de los Bonos Verdes. Además, varios estudios han demostrado que los inversionistas de la generación del milenio muestran un mayor interés en las “inversiones responsables”, lo que indica una tendencia demográfica a largo plazo hacia este mercado.<br />