Este país ha afrontado severas catástrofes sísmicas y el último fenómeno sucedió en febrero de 2010, dejando varias acciones de reconstrucción eficientes para tomar en cuenta. Un estudio de la Universidad de Berkeley – por Mary C. Comercio del Centro de Investigaciones de Ingeniería Sísmica del Pacífico 2013- detalla que el fenómeno fue el mayor desastre natural de Chile en términos de propiedad y pérdidas económicas estimadas en USD 30.000 millones, es decir el 18% del PIB del país.<br /> <br /> Grandes lecciones a tomar en cuenta generó este acontecimiento. Un año después del suceso, el 60% de las subvenciones ya estaban destinadas, 35% de las viviendas en proceso de construcción y un 5% estaban listas. Este es un escenario a considerar, ya que con la ejecución de acciones sostenibles el país del sur del continente se ha convertido en un ejemplo a seguir.<br /> <br /> Ian Watt , socio y encargado de proyectos en Ecuador de VMB, una empresa de ingeniería estructural chilena, explica lo ocurrido considerando el proceso de reconstrucción de su país . El experto fue parte de las comisiones de técnicos que llegaron a Ecuador para evaluar el impacto tras el sismo. “Los daños que pudimos constatar tienen su origen particularmente en la tipología de estructuraciones que se usan habitualmente, esto es con base en pórticos rellenos con mampostería de ladrillo. Esta tipología de estructuras son especialmente vulnerables, ya que los niveles de deformación que le puede generar un sismo no son capaces de absorberlas sin daños severos”.<br /> <br /> Asimismo habla sobre la normativa sísmica. Cree que es de primer orden; sin embargo, no basta. “En Chile contamos con una norma más simple, pero que recoge nuestra experiencia, la cual evita estructuras riesgosas, a través de disposiciones de control de deformaciones muy estrictas. De hecho las edificaciones que vimos en nuestra visita no pasarían el tamiz de nuestra norma. Simplemente no son posibles”. <br /> <br /> Por su parte, Sylvia Jiménez Riofrío, Decana de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Artes de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, comenta que hay desconocimiento sobre composiciones de suelos y fallas en la región, no solamente en el país. “En el caso de construcción precaria se evidencia que a pesar de tener normativas, reglamentos y códigos estos no se implementan, exigen ni se supervisan adecuadamente. De esta manera, la cadena de construcción pierde su importancia”.<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">LA TECNOLOGÍA CONSTRUCTIVA ES LA BASE</span><br /> De acuerdo al punto de vista de la catedrática, trabajar con los códigos existentes sobre edificaciones sismo resistentes, desde la selección de materiales hasta la mano de obra es de suma importancia. En la cadena de construcción también se debe considerar la información que se brinda a la población sobre riesgos y vulnerabilidad en distintas escalas.<br /> <br /> Respecto al uso de materiales, Jiménez considera que si se siguen procesos de control de calidad supervisados se pueden utilizar sin problema alguno.“No hay materiales malos, sino el uso errado de la tecnología constructiva”. Un caso de especial consideración es la dosificación de elementos que determinarán la resistencia y la durabilidad de la edificación. En este sentido es de gran trascendencia la fiscalización de pruebas en laboratorios, es decir, llevar la tecnología constructiva de acuerdo a códigos y reglamentos.<br /> <br /> “La línea del antes y el después del sismo específicamente estará en la formación de mano de obra en construcción calificada, pues está allí la calidad y los valiosos minutos que da a sus ocupantes para evacuar una edificación”.<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">INFRALATAM, portal de datos para construcción en Latinoamérica</span><br /> Varios estudios e investigaciones señalan que América Latina y el Caribe debería invertir un 5% de su PIB en infraestructura durante un periodo prolongado de tiempo para cerrar la famosa brecha existente. Sin embargo, aún pudiendo estimarse de un modo aproximado las necesidades de inversión, no se conoce de manera precisa en qué medida invierten los diferentes países de la región. <br /> <br /> Bajo este escenario nace Infralatam, una iniciativa conjunta entre el BID, la CAF y la CEPAL con el objetivo de almacenar y sistematizar datos comparables bajo una metodología rigurosa y validada sobre la inversión anual en infraestructura de 15 países pertenecientes a la región, así lo asegura <span style="font-weight: bold;">Tomás Serebrisky, Asesor Económico en la Unidad de Medio Ambiente e Infraestructura del BID</span>.<br /> <br /> “Esta es una base de datos online “viva”. Esto quiere decir que el contenido puede actualizarse permanentemente cada vez que los usuarios identifiquen mejores fuentes o errores en la información. Esta plataforma espera beneficiar activamente la interacción con los usuarios”.<br /> <br /> Aunque los organismos internacionales que forman parte de este proyecto no están haciendo el trabajo de recolección de datos en forma individual, la colaboración de los diferentes gobiernos de la región, a través de sus Ministerios de Finanzas y Sistemas Nacionales de Inversión Pública, hacen de esta plataforma un recurso sustentable. Para <span style="font-weight: bold;">Jeannette Lardé, experta de la Unidad de Servicios de Infraestructura de la División de Recursos Naturales e Infraestructura de la CEPAL</span>, la creación de este tipo de herramientas ayudará a plantear temáticas de inversión para reconstrucción en el continente.<br /> <br /> “Este listado actual constituye una iniciativa de medición, actualización y mejoramiento continuo de las inversiones en infraestructura económica”. El registro anual de información incluye las inversiones provenientes del sector público y privado destinados a la adquisición de activos de servicios como agua y saneamiento, defensas contra inundaciones, energía, riego, telecomunicaciones al igual que transporte.