<span style="font-weight: bold; font-size: 8pt;">Texto: David Vásquez León</span><br /> <br /> Su misión fue continuar con los Objetivos de Desarrollo del Milenio que expirarían a finales de 2015. El nuevo plan se mantuvo en el tiempo con evidencia científica y con intensas discusiones entre gobiernos, sociedad civil, sector privado, para ser aplicable a todos los Estados Miembros de la ONU, tanto desarrollados como en desarrollo. La principal premisa es crecer asegurando la satisfacción de las necesidades de generaciones futuras.<br /> <br /> Cuando expiraron los Objetivos de Desarrollo del Milenio, los ODS entraron en vigor el 1 de enero de 2016. Estos se se enfocan en reducir las inequidades en el mundo mediante el crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medio naturaleza. Existen 17 y son el núcleo de la Agenda para el Desarrollo Sostenible 2030. Cada uno tiene metas propias, y abarcan temas como la eliminación de la pobreza, la construcción de ciudades que mitiguen su huella ambiental, o la producción y el consumo responsable. Aunque los países no están obligados legalmente a acatarlos, deben utilizarlos para fortalecer sus políticas públicas y su legislación.<br /> <br /> Uno en particular, el ODS 4, se enfoca en educación de calidad y aprendizaje durante toda la vida para todos. Su relevancia es evidente, pues todos los ODS se conectan con esta meta de varias formas.<br /> <br /> La prosperidad del futuro se verá influenciada por nuestra actitud frente a la educación. En un área tan sensible como la agricultura, es necesario investigar modos de producción más sostenible e impartir conocimientos especializados. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU enfatiza que la malnutrición y el hambre (ODS 2) pueden ser combatidos enseñando prácticas que desarrollen la producción de cultivos junto a tecnologías de la información y la comunicación (ODS 12). Esto permitirá que la juventud de zonas rurales se vincule con su comunidad y genere bienestar, sin ser forzada a migrar a las ciudades para conseguir fuentes laborales.<br /> <br /> El crecimiento económico de los Estados se sostendrá con una fuerza de trabajo especializada (ODS 8).Hoy, la enseñanza de competencias cognitivas básicas-lectura, escritura y aritmética-duplican las oportunidades de ejercer un empleo digno. Estas se multiplican si también se desarrollan habilidades no cognitivas o socioemocionales, como la colaboración, la creatividad o el pensamiento crítico. Mientras la ONU y otras organizaciones globales crean métodos de medición de su impacto, las competencias no cognitivas siguen vinculadas a tasas más altas de productividad y ganancias en el trabajo. Adicionalmente, es necesario que la fuerza laboral de hoy y del futuro posea conocimientos sobre temas digitales. Más allá de entender el funcionamiento de un computador, deberá poder programar.<br /> <br /> La educación permitirá romper paradigmas legales, económicos, sociales y culturales que han privado a niñas y mujeres de estudiar. Sin embargo, pese a los esfuerzos por garantizar universalmente la formación primaria, solo 8 de cada 10 niños la completa en países en desarrollo y más de la mitad de aquellos sin escolaridad son niñas.La mujer educada tiene un impacto extraordinario en su familia y en la sociedad (ODS 5). Este se ha evidenciado alrededor del mundo con la provisión de más bienes públicos como agua y saneamiento, en la generación de más recursos que se invierten en la educación de niños y niñas y en la reducción de tasas de mortalidad infantil. Cuando el género femenino esté educado sobre su salud, decide cuándo –y si en verdad desea– formar una familia (ODS 3). Asimismo desde temprana edad obtienen más acceso a posiciones de liderazgo y decisión, facilitando la defensa de sus derechos y el disfrute del progreso colectivo.<br /> <br /> La conexión entre Educación y los ODS es conocida por líderes globales del ámbito público y empresarial. A 6 de cada 10 líderes globales empresariales les preocupa la falta de competencias adecuadas en sus empleados. Por ello, es urgente que países y empresas multipliquen trabajadores cualificados y creativos, que expandan mercados y formen a consumidores más responsables, con ingresos más elevados. Para ello, deben invertir en educación con políticas y prácticas institucionales más coordinadas, equitativas y con visión a largo plazo.<br />