El aporte de los aeropuertos al desarrollo de sus localidades es innegable. Conectividad, plazas de trabajo, mejoras en las exportaciones y desarrollo turístico son algunos de los beneficios de poseer una terminal aérea de calidad. Pero como toda actividad productiva, genera también un impacto en el consumo de recursos y por ello, además de entregar servicios de primera, la eficiencia ambiental y la reducción de emisiones de carbono ha sido una prioridad para varios aeropuertos en el mundo, entre ellos el Mariscal Sucre de Quito.<br /> <br /> A fines de septiembre el Consejo Internacional de Aeropuertos, entregó al aeródromo de la capital ecuatoriana la certificación de la fase de Reducción, dentro de su Programa de Acreditación de Carbono de Aeropuertos (ACA), una iniciativa mundial cuya meta es reducir las emisiones de carbono en la industria aeroportuaria y aportar de manera significativa a los esfuerzos por mitigar el cambio climático.<br /> <br /> ¿Qué implica esto para Quito y el país? Desde su apertura en la parroquia de Tababela, en el año 2013, el Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre (AIMS) se comprometió a ser un motor de desarrollo que tomara en cuenta las necesidades de la sociedad y del medioambiente. Por ello aceptó el reto de la acreditación de carbono, un programa constituido de cuatro fases: Mapeo, reducción, optimización y neutralidad. En el 2015, el Consejo otorgó al AIMS la constancia del cumplimiento de la etapa de mapeo; es decir, el cálculo de su huella ambiental.<br /> <br /> Y este año, luego de la implementación de programas específicos, diseñados por Corporación Quiport, concesionaria del aeropuerto capitalino, el certificado de Reducción avala los esfuerzos por procurar un ambiente más limpio.<br /> <br /> <img src="https://admin.grupo-ekos.com/storage/posts/fotos-articulos-temario/edicion 165/121-a.jpg" align="center" style="margin: 0px 0px 20px 0px;" /> Andrew O’Brian, presidente y director general de Quiport, explicó que este es un logro muy importante pues el Mariscal Sucre es el primer aeropuerto de entre 5 y 15 millones de pasajeros acreditado en el nivel de Reducción en la región Latinoamérica y el Caribe.<br /> <br /> "Nuestra intención es avanzar inmediatamente hacia el nivel de Optimización y alcanzar en el mediano plazo la neutralidad de huella de carbono. Este nuevo hito nos coloca una vez más en la vanguardia de los aeropuertos con conciencia ambiental y nos permite seguir siendo un referente en la región", dijo.<br /> <br /> De acuerdo con datos del Programa de Responsabilidad Social de Corporación Quiport, la huella de carbono del AIMS pasó de 5.533 toneladas de CO2, en el año 2014, a 4.950 toneladas de CO2 para el 2016. Es decir, en dos años se ha evitado que 583 toneladas de dióxido de carbono sean liberadas hacia el ambiente.<br /> <br /> Las principales acciones para este logro tienen que ver con el ahorro en el consumo de energía. Esta terminal aérea posee 7.700 lámparas de tecnología LED, de las cuales más del 90% cuenta con sensores automáticos de regulación. Asimismo, la plataforma de aterrizaje y despegue está equipada con 180 proyectores de similares características.<br /> <br /> Además, el AIMS ha implementado horarios de encendido de la iluminación para aprovechar la luz natural y los equipos de enfriamiento de agua para aire acondicionado permanecen apagados entre las 22h30 y las 08h00. Lo mismo ocurre con las escaleras eléctricas, ruedan solo cuando alguien pone un pie sobre ellas.<br /> <br /> Se trata de acciones que suman al objetivo de hacer que las grandes infraestructuras estén al servicio de la comunidad. La siguiente meta del aeródromo de la capital es llegar a la fase de Optimización; es decir, constituir alianzas con prestadoras de servicios dentro del aeropuerto y formar una estructura colaborativa para la reducción de CO2.<br /> <br /> <img src="https://admin.grupo-ekos.com/storage/posts/fotos-articulos-temario/edicion 165/121-b.jpg" align="center" style="margin: 0px 0px 0px 0px;" /> El cambio de las luminarias convencionales por luces LED ha permitido un ahorro sustancial en el consumo de energía eléctrica en el aeropuerto de Quito.