Sea por cualquiera de estos motivos, un líder debe reconocer cuando su influencia está llegando al ocaso.<span style="font-weight: bold;"> Un líder tiene tres etapas durante su estancia en una empresa</span>, según Jorge Llaguno, Profesor de Factor Humano y Director Académico del Executive MBA del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (Ipade).<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">La primera es el </span><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">ascenso</span><span style="font-weight: bold;">.</span> En esta fase, el líder busca ganarse a sus compañeros. Construye los elementos que le darán una figura relevante en la empresa. “Es el momento de tomar riesgos, de aprender de los mentores, de hacer prueba y error, de equivocarse y aprender de los errores”, dice Llaguno.<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">Luego viene la </span><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">estabilidad</span><span style="font-weight: bold;">.</span> En esta etapa, el líder se afianza y toma el control. “Cuando ya nos ganamos la confianza de los demás y hemos aprendido de los errores, entonces podemos tomar decisiones que abrirán camino para el crecimiento de la empresa”, dice el investigador del Ipade.<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">Por último viene la fase de <span style="font-style: italic;">entrega del puesto.</span></span> Este es el momento en el que el líder sabe que es hora de un cambio, que el equipo necesita una nueva figura de poder, y debe aceptar la llegada de un nuevo líder o, en su caso, preparar a algunos miembros del equipo para que puedan asumir esa posición.<br /> <br /> Sin embargo, el proceso no es tan sencillo.<br /> <br /> “Muchos líderes fallan en la tercera etapa. La riqueza que aporta no está en seguir dominando el barco. Lo que sigue ahora es que escojan a las personas que van a seguir detrás de ellos, que los preparen y aconsejen y eventualmente hagan una entrega que permita que la organización se mantenga fuerte”, señala Llaguno.<br /> <br /> La influencia de un líder se visualiza incluso en su forma de despedirse. Irma Flores, Directora de la consultora en recursos humanos Red Ring, señala que si la empresa no termina la relación con el antiguo líder de una forma adecuada, puede ocasionar una desbandada de empleados.<br /> <br /> Por esto, <span style="font-weight: bold;">se recomienda que la empresa dé oportunidad al líder saliente de introducir al líder entrante</span>, pues un acto así genera una sensación de optimismo y mejora para los empleados y para los objetivos.<br /> <br /> Otra recomendación es que el líder saliente designe a alguien como coach para que integre al nuevo líder en la cultura, el ambiente y el entorno de la empresa, y el proceso de adaptación sea más suave.<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">Dejar el puesto de trabajo significa el fin de un ciclo, pero no de una carrera</span>. Dejar de ser líder no es un proceso fácil. Enrique Bunbury tuvo un par de tropiezos musicales ante los críticos tras su salida de Los Héroes del Silencio, incluso Katharine Graham tuvo altibajos cuando dejó a su hijo Donald la dirección del diario Washington Post, tras haber revelado los escándalos del Watergate.<br /> <br /> Al saber que el ciclo tiene un fin, el líder estará preparado emocional y económicamente. “Hay que tener ahorros, hay que saber que si ya no quieres ser parte de la cabeza de un grupo, puedes poner un negocio, emprender o dar asesorías y consultorías, eso también te mantiene en tu área productiva”, señala Irma Flores.<br /> <br /> <br /> <span style="color: #222222; font-style: italic;">Fuente: Alto Nivel</span><br />