<img src="https://admin.grupo-ekos.com/storage/posts/fotos-articulos-temario/edicion 186/28-a-bt.jpg" align="left" style="margin: 0px 20px 20px 0px;" /> Cuando el turismo beneficia a la comunidad, viajar es un acto generoso. Y cuando se suman prácticas sostenibles, la experiencia es aún más enriquecedora. Así es Shiripuno: una comunidad gobernada por mujeres empoderadas. Este complejo turístico -ubicado en Puerto Misahuallí, a 45 minutos del Tena- está construido sobre las bases de una historia admirable.<br /> <br /> Apenas llegamos, nos recibió Soledad Chimbo, una de las lideresas. Ella nos cuenta cómo esta pequeña población Kichwa se convirtió en una alternativa turística que acerca al viajero a la cosmovisión de los indígenas de la amazonía ecuatoriana, a los conocimientos ancestrales del cuidado del medio ambiente y a los encantos de la selva.<br /> <br /> <img src="https://admin.grupo-ekos.com/storage/posts/fotos-articulos-temario/edicion 186/29-a-bt.jpg" align="left" style="margin: 0px 20px 20px 0px;" />Hace 14 años las mujeres de la comunidad se limitaban al cuidado de la casa. Eran los hombres los que “mantenían el hogar”. Shiripuno no tenía una fuente de ingresos fija.<br /> <br /> Pero todo cambió cuando un grupo de mujeres -con Soledad incluída- decidieron hacer historia y cambiar los destinos de ellas y sus familias. <br /> <br /> El proyecto empezó en el 2006, cuando una turista francesa llegó a Shiripuno. Ella se encontró con un gran potencial que tenía la fuerza femenina de la comunidad. Fue entonces cuando empezó un proceso para elevar el autoestima de las mujeres: les habló del amor propio, les hizo involucrarse en la fuerza económica: en una palabra, las empoderó. <br /> <br /> Así nació la Asociación de Mujeres Kiwchas de Shiripuno Misahualli (Amukishmi, en Kichwa) y con ella Shiripuno: Turismo Comunitario, que hoy cuenta con servicio de hospedaje, un comedor para alimentar a los turistas y varios tours por la selva o dentro del recinto para conocer las tradiciones amazónicas. Las actividades incluyen un recorrido por la elaboración de cacao, la realización de la chicha de yuca, caminatas, danzas, pesca, shamanismo, entre otras. <br /> <br /> En un inicio se presentaron obstáculos en el camino: tuvieron que vencer el machismo que gobernaba el lugar: “Los hombres en un inicio no querían que salgamos a trabajar, pensaban que los estábamos engañando”. Pero superados los obstáculos, la asociación dio sus frutos: hoy están a cargo de 80 familias, cerca de 200 personas entre niños y adultos. Cada cuatro años, la comunidad cambia de presidencia, siempre este cargo es ocupado por una mujer. <br /> <br /> <img src="https://admin.grupo-ekos.com/storage/posts/fotos-articulos-temario/edicion 186/29-b-bt.png" align="right" style="margin: 20px 0px 20px 20px;" />Si usted, Viajero, se decide por visitar Shiripuno, se encontrará con una encantadora comunidad asentada a orillas del Río Napo, donde los niños suelen nadar sin reparo alguno. Las cabañas fueron construidas con bambú, un producto considerado para muchos como el material del futuro de la arquitectura sostenible. Los barandales están hechos por maderas que llevó el río; los miembros de la comunidad tienen como filosofía no talar indiscriminadamente los árboles de los bosques que les rodean. <br /> <br /> Este es un gran ejemplo de sostenibilidad: incluso los individuales de las mesas de comedor están hechos con hojas de plátano. <br /> <br /> Pero, sobre todo, al visitar Shiripuno se encontrará con la oportunidad de vivir de cerca un turismo comunitario que empodera y empoderará a las siguientes generaciones de mujeres que nacerán ahí, que crecerán con la verdad de que las mujeres pueden gobernar con éxito. <br /> <br /> Además, su dinero será bien invertido: todas las ganancias están destinadas a proyectos de desarrollo de la comunidad. Al final del día, de eso se trata, hacer turismo comunitario.<br />