La industria atunera jugó un papel protagónico en mitigar las consecuencias del terremoto del 16A. En primera instancia, se constituyó en uno de los aportantes estrella en suplir la necesidad de alimentos de la población durante los primeros días del desastre y posterior a la culminación de la emergencia; a renglón seguido, más allá de los daños que se ocasionaron a su infraestructura, tuvo la suficiente capacidad de respuesta para encontrarse operativa en por lo menos un 95% de su capacidad instalada, 8 días posteriores al terremoto.<br /> <br /> Esto coadyuvó de forma determinante, a que la población que depende de la industria no pierda sus ingresos económicos habituales y siga alimentando una economía que se vio seriamente afectada por la paralización de otras áreas como la comercial y turística, fuentes importantísimas de nuestra economía regional.<br /> <br /> El gran nivel de inversión en estructuras de calidad durante años, la formación de equipos técnicos en la actividad y los altos estándares en sus múltiples sistemas de gestión, fueron factores que demostraron la madurez y solidez de la industria en circunstancias de catástrofe.<br /> <br /> Cabe anotar que la Cámara Ecuatoriana de Industrias Atuneras de Ecuador (CEIPA) se constituyó en el gran catalizador del sector para coordinar el trabajo con los varios estamentos estratégicos oficiales y privados correspondientes, de tal manera que la industria pueda contar en tal emergencia como en efecto fue, con las infraestructuras y servicios que hicieron posible la reactivación casi inmediata de la cadena de valor industrial atunera.<br /> <br /> Hoy, la industria se encuentra en una franca recuperación productiva y siempre a la expectativa de continuar creciendo y ser un motor de la economía de nuestra región y el país.<br /> <br /> <p style="margin: 0px; text-align: center;"><span style="color: #006699; font-weight: bold;">"La industria atunera fue un aportante estrella en suplir la necesidad de alimentos de la población</span> tras los primeros días del desastre. Además, su capacidad de respuesta fue estar operativa en por lo menos un 95%, después de 8 días del terremoto." </p>